Cuando algo te apetece, si puedes, has de ir a por ello.
Es una versión de mi amada frase si la montaña no va a mahoma, mahoma irá a la montaña. Y
prácticamente es la misma filosofía de vida, ve a por todo lo que deseas en
esta vida, te cueste un esfuerzo o no te cueste ninguno. Lucha con fuerzas y
con ganas por lo que anhelas conseguir. Porque en muchísimas ocasiones tiene
una recompensa.
Hay que negarse a vivir una vida a la expectativa. Esperando
a que sucedan los acontecimientos, esperando a que llegue ese futuro que tanto
ansías. Hay que ser realista, el futuro es simplemente eso, un tiempo verbal,
un posible, un quizá… mejor limitarse a vivir el día a día, a gozar lo que
deseas y a desear gozar cada día.
Vivir a impulsos, con felicidad, con alegría y cargados de
ilusión es una gran inversión. Permite disfrutar. Permite paladear y saborear
la vida. Permite beber a sorbos la vida.
Las locuras guiadas por el corazón suelen dar mejor
resultado que los planes bien estructurados y trazados, bajo el firme control
de una mente ordenada.
Y el resultado que dan es intensidad, realismo, dudas,
ilusión, optimismo, incertidumbre, sofocos, sonrisas, ganas de seguir
volviéndote loco, fantasía… (penas
y tristeza, no hay que obviar que las locuras pueden salir mal)
Ser así, vivir guiado por las apetencias [no soy una frívola,
pero si soy una hacedora de locos deseos] me ha demostrado que la satisfacción
es inmensa. Se te hincha el corazón, se te escapan las sonrisas, te brillan los
ojos, desatas el lado animal y disfrutas de la vida.
Por ello mismo hoy ha sido el día. No he dejado que llegara
mañana para hacer la locura que tanto ansiaba hacer y ponérselo de manifiesto a
la persona afortunada :)
Por qué dejar las cosas para un futuro, un futuro que no ha
llegado, que es hipotético, que pende de un hilo… que se puede resquebrajar,
desaparecer, romper en un instante y quitarte ese futuro para siempre.
Yo no voy a dejar las cosas para mañana nunca más. Hoy es siempre todavía decía Antonio
Machado
Me apeteces, y mucho,
así que cumpliendo mi promesa de volver… esta tarde me he comprado un billete.
Destino: el placer. Intención: saciar mis ganas de ti.