martes, 23 de abril de 2013

La Historia de la Rosa y el Libro

Día de Sant Jordi
Día Internacional del Libro
Shakespeare - Cervantes

Recuerdo mi primer Día de Sant Jordi en Barcelona, 23/Abril/2000. Un día mágico, mi primera rosa-libro-senyera-espiga de trigo. Empecé la saga Harry Potter, me terminé de enamorar de Barcelona y no sabía yo que la rosa y la espiga marcarían el amor y la fertilidad en mi vida.

Para mí va más allá del hecho de regalar una rosa, historia llena de romanticismo con San Jorge, la princesa, el dragón y la rosa que brotó de su sangre. Y mucho más allá de conmemorar con un libro el fallecimiento de dos grandes de la literatura William Shakespeare y Miguel de Cervantes.

Amo la literatura. Amo escribir. La palabra escrita, es mi gran compañera en esta vida. No sabría vivir la vida sin la compañía de un libro y un lugar dónde plasmar lo que siento.

Me he planteado en tantísimas ocasiones dedicarme a escribir, realmente es lo que más amo en esta vida. Muchísimo más que la ciencia y la investigación, muchísimo más que mi otra gran pasión que es la organización de eventos, muchísimo más que cualquier otro divertimento. No sabría y tampoco quiero vivir sin la palabra escrita.

Uno de los tatuajes que llevo en mi cuerpo simboliza, aparte del significado evidente, esta pasión. El libro al cual recurrir cuando todo falla, cuando todo se tambalea, cuando estoy pletórica de felicidad, cuando necesito volver a dialogar con ellos, cuando necesito evadirme del mundo, cuando necesito el apoyo que me da mi alma al sentirse plenamente completa. El Ocho es ese libro. El Infinito es ese tatuaje.

Últimamente he vuelto a escribir, no escribir de vez en cuando, no. He vuelto a escribir a todas horas, hasta comer me parece una pérdida de tiempo. Sigo llenando hojas y hojas, trozos de papel con frases que escucho y me inspiran para proseguir. He vuelto a emocionarme con lo que sale de mi alma, a emocionarme con suponer que existe alguien que me lee porque me lo pidió.

Saber que he vuelto a escribir al mismo tiempo me da una respuesta a cómo me siento. O estoy en máxima felicidad o estoy en melancolía profunda.

Felicidad suprema. Ahí me encuentro.

Pase lo que pase, sucedan las cosas del modo que sucedan... soy feliz.

No quiero una rosa, no quiero un libro, no quiero un caballero, no quiero una espiga, no quiero un dragón, no quiero una princesa.

Soy una princesa, calavera, pero una princesa. Tengo a un caballero, lejos, distante, pero está ahí. Tan sólo espero que el dragón no aparezca.

Ni rosas, ni libros, ni espigas.

Yo propongo, tu dispones. Yo tengo la historia, ¿quieres leerla y ayudarme a escribir?