Tengo que hacer honor a mi esencia. Tengo que
arriesgarme. Tengo que vivir al límite. Tengo que apostar todo a una carta.
Tengo que ser yo misma. Tengo que disfrutar. Tengo que sentir la paz propia de
la acción. Tengo que intentarlo. Tengo que luchar. Tengo que lograrlo.
La vida no se está desarrollando de la forma en la
que pensaba. Debo esforzarme más para obtener el resultado deseado.
Por ello, como lo importante es que cada cual sea feliz,
he tomado una decisión.
Mi decisión hace honor a mi persona. Está llena de
vida, de ilusión, de ganas de vivir, de compromiso, de felicidad, de alegría,
de reflexión, de madurez…
llena de mí misma.
Cuando he de tomar una decisión importante en mi
vida necesito darme tiempo. Es una reacción madura, enfrentarse a la vida tras
reflexionar y valorar lo que tienes, lo que sientes, lo que quieres y lo que
puedes obtener.
Haciendo honor a mi misma tan sólo puedo decir que
aunque me haya tomado tiempo en la decisión ha sido fruto de la espera. No he
evaluado el mundo que me rodea, no. Simplemente he disfrutado de mi mundo, he
escuchado a mi alma, a mi mente y a mi corazón. Y mi yo interior me ha dado una
respuesta, ha sido en un segundo, mi cuerpo ha reaccionado. He tardado 18 días
en sentir lo que siento ahora mismo.
SEGURIDAD
No una falsa seguridad en obtener lo que deseo. No. Seguridad
en lo que voy a hacer. Seguridad en lo que quiero. Seguridad en mi persona sea
cual sea el devenir de los hechos.
Y FELICIDAD.
Tengo una sonrisa de boba ahora mismo. Nada ni nadie
me la va a borrar.
99 a 1 que voy a ganar al apostar todo al infinito. Es
mi número. Y no tiene color.