Llegar a ese punto de tu vida dónde paladeas cada instante
que experimentas es fantástico.
Exprimes cada momento. Recoges todas las sensaciones que
experimentas y las atesoras cómo un niño, con absoluta felicidad. Disfrutas del
momento que vives en cada instante.
Y tienes placeres. Has aprendido a identificarlos.
El primer requisito para ser un placer es reportarme tiempo
de calidad. Despertarme esa sensación tan sumamente ideal que para mi vida y
saboreo el instante, viviendo el momento como lo que es, único e irremplazable.
El segundo y último requisito para ser un placer es
despertarme un ansia de más. No tener suficiente tiempo para deleitarme con ese
tiempo de calidad. Saber que el tiempo del que dispongo es poco, una ínfima
parte del que me gustaría disfrutar.
Leer.
Pasear.
Escribir.
La cocina.
Reír con mi gente.
Tener mi momento de soledad diario.
Abrazar a mi sobrino.
Mirar el mar.
Soñar despierta.
Dormir.
Tú.
Eres un placer. No es la primera vez que te lo digo.