domingo, 25 de agosto de 2013

:(

No estoy enfadada. Estoy decepcionada. Aunque tampoco es la palabra, no encuentro ese adjetivo que defina cómo me he sentido. Me dolería muchísimo comprobar que se ha tratado de una certeza que se desbarata y preferiría una desilusión: algo posible pero poco probable que no suceda. 

Un día que necesitaba al despertar unos mimos... Sólo me siento así de vulnerable un par de veces al año, el día de mis malditas migrañas. Aunque los mimos no son una aspirina que puedan ayudar. Pero te sacan una sonrisa y con una sonrisa el día siempre es mejor. 

Me da rabia que un día en el que tienes toda la noche y un día que lo tienes entero no encuentres ni un segundo. Tan sólo eso. No quiero que sientas o pienses que te estoy recriminando nada porque bien sabes que no soy así. Tan sólo hablo haciendo honor a la franqueza que me define. 

No. No se trata de prioridades ni por supuesto quiero estar en los puestos altos de la lista. Abandoné esa "ilusión" de sentir que me podías necesitar (o llegar a necesitar) hace mucho ya Raúl. Se trata de que ojalá no hubiese sentido la desazón que he sentido. 

Hoy no has sido el bálsamo que calma mis nervios. Hoy no has sido el remedio a mis males. 

Hoy has sido disgusto y no sosiego.