NADA nos garantiza un final feliz. Ni una promesa, ni un presentimiento, ni un sentimiento, ni la predisposición, ni...
Por ello insisto en invertir los deseos de un "comieron perdices y vivieron felices para siempre". El final, de por sí, no puede ser feliz. Es una paradoja y tan sólo en casos extremos el fin de una situación calma el alma y por consiguiente permite felicidad.
Debemos pretender tener un principio feliz. Y extenderlo al máximo. No creo que obcecarse con un final feliz tenga nada de feliz; y mucho menos de sano y positivo.
Para ser feliz tan sólo hay que tomar una cosa: Decisiones
Elimina tus miedos a perder o fracasar y sigue concentrado en tu propia vida. La voluntad y la decisión permiten tomar las mejores decisiones; la paciencia permite emplear el tiempo a nuestro favor, las cosas van a suceder cuando sea el momento adecuado. Agregar una buena dosis de amor por nosotros mismos a nuestra esencia. Pulirnos para ser cada vez mejor persona siendo siempre fiel a nuestra esencia más profunda.
Si me cuido a mi misma, si me tomo tiempo para mi, si cultivo mis deseos e ideas... Potenciando mi yo podré ser mejor. Y si soy mejor podré tener mejores comienzos.
A ti: Debes ser feliz dónde quieras y desees, no dónde quiera yo.