La única manera que creo que tengo de comunicarme contigo es
por aquí. Y digo creo porque no sé a ciencia cierta si me lees o te abrumaste
tantísimo que dejaste de leerme.
Me gustaría saber cuanta paciencia tendré, será fruto del
hecho de que no evalúo las cosas que me merecen la pena, las situaciones que
quiero en mi vida o las personas que me hacen sentir que la vida es aún más
genial. En el momento en el cual me saturo de la espera hago borrón y cuenta
nueva.
Teniendo en cuenta que cada comienzo es difícil, aunque
sigas siendo tú misma, empezar de nuevo no es algo que siempre te haga feliz.
Esta situación especial que tenemos fue un empezar de nuevo,
fue complicado y esta vez sí me hizo feliz. Se abrió un mundo, un abanico de
posibilidades. Una nueva aventura que me llevaría un poco más adelante en el
autodescubrimiento y me permitiría incorporar, durante un período de tiempo del
cual no sabía su fin, a nuevas personas en mi vida que me brindarían nuevas
sensaciones, enseñanzas y vivencias.
Yo no vivo las cosas con fecha de caducidad, intento vivir
cada día. Sin pensar en sí mañana se va a acabar la experiencia o si el
siguiente día será el siguiente día sin más. He aprendido a evitar pensar que
las cosas son finitas, es más, creo firmemente en el infinito.
He pensado mucho acerca de tus barreras, acerca de que no
mantienen a los demás fuera, sino que te aíslan a ti del mundo, te mantienen
dentro. Me permitiste intimar contigo, toma el verbo intimar con el significado
que quieras, por ello no creo que te mantuvieras dentro de tus muros siempre.
Creo y siento que son más reales en tu mente y en tu alma que en tus acciones.
Me gustaría que la creencia que siento acerca de que no son tan inderrumbables
como siento ahora mismo sea verdad.
Si el miedo que tienes es a tomar una decisión por si te
equivocas y el error que cometes es un error sin solución, he de decirte que
pocas cosas en esta vida no tienen remedio. Un problema deja de ser problema
cuando sabes que existe una solución, te parecerá mejor o peor, quizá puedas no
querer ejecutar esa solución que sabes que resolverá el problema. Pero es
cierto que no debes tener miedo a hacer las cosas, y menos cuando creo que
sientes que el dolor de no hacerlas es más insoportable.
Además, ¿por qué hay que plantearse siquiera la posibilidad
de que la decisión pueda ser equivocada?
Yo actúo. Ahora mismo intento actuar de la única manera que
puedo en una situación que no controlo. Sigues teniendo el poder. Decidí
apartarme de tu lado para darte tiempo y espacio. Y mientras tanto yo también
reflexiono. Y lo puedes leer. Y tengo esperanza.
Quizá algún día podamos volver a reír entre besos en tu
cama. Quizá algún día podamos volver a repetir una rutina. Quizá algún día
pueda volver a sentir que me miras sin que me dé cuenta. Quizá algún día pueda
volver a sentarme al final de la barra. Quizá algún día podamos volver a pasear
camino a casa. Quizá algún día …