jueves, 15 de noviembre de 2012

Miedo

Estoy asustada. 


Lo acabo de hacer. 

He creado un blog. 

Me sentía reacia a ello. Por una sencilla razón, adoro escribir en papel. Del mismo modo que aún no he sucumbido al e-book. Me enloquece el olor a páginas nuevas, el transporte de un libro como fiel compañero de viaje, el poner post-its a mis frases mágicas, el amparo que te da el peso del libro... 

Adoro escribir sin borrar realmente ni una sola coma, darme cuenta de que tan sólo eres fiel a tus pensamientos cuando no tienes el botón de suprimir. Me hace sentir un cosquilleo coger un bolígrafo, o en mis tiempos más románticos una pluma, y deslizarlo por un trozo de papel. Me encanta abrir mis cajones de secretos y encontrar infinidad de papeles diferentes, tintas de color tan variopintas, mayúsculas, minúsculas... que me hacen intuir que siempre he pasado por gran cantidad de estados de ánimo. Que soy una montaña rusa. 

Y por eso estoy asustada. Porque he decidido traspasar esa línea. Del papel a la red. Ahora ya no hay marcha atrás. Esto funciona hacia delante. Cómo siempre abarcando pasado, presente y futuro. 

A veces escribo para mi, a veces escribo para alguien. Por ello suelo cambiar en un mismo texto de destinatario. Unas frases las escribo cómo si yo fuera el destinatario (irónico, escritor y público) y otras frases se las dedico a alguien en concreto. 

E imagino muchísimo. Eso es lo que más cuesta. Intuir qué parte es real y qué parte es la que debe transportarme a un universo paralelo. 

...

Pero estoy contenta. Dentro de tanta reflexión errática hay una lógica. Y por supuesto un fin. Expresar cómo me siento en cada instante de mi vida. Y saber que por fin tendrá un orden. 

Me alegra tantísimo! Estaba un poco harta de mi desorden. De mi gran número de libretas, folios, carpetas... que tengo por ahí. Con mis pensamientos desparramados. O lo que es peor aún, el correo lleno de emails cuando me pilla el sentimiento sin un boli a mano. 

Y estoy aún más contenta porque no haré una pira con esto. Aunque quemar papel en mi corazón y en mi alma es liberador. Aprenderé a contenerme. 

Infinito Siempre